Eso es en esencia el Abrazo de Cáceres, no es un sueño colectivo, es una realidad.
No me conformo con ser la generación Womad, quiero ser la generación Cáceres2016, la generación Helga de Alvear, la generación Habana Espacio Libre, la generación de la plaza mayor viva, la generación que resucitó Cáceres intramuros, la generación que recupera la Ribera del Marco, la generación que inauguró el ECJ. No soy de la generación Franquete y Felisa, soy de la generación de los NOR, del Desvan, de Huecco, de Acetre, de Extremoduro, de Sínkope, de Javier Cercas, de Berta Collado, de Joaquín Araujo, de María Ballesteros, de Santi Senso, de Alberto Amarilla, de Juan de Dios Román, de Miguel Murillo, de Isabel Gemio, de Juan Margallo, de Raquel Sánchez Silva…