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En este mundo de locos, hemos llegado a tal extremo que aplicamos los terminos de la rentabilidad hasta cuando estamos hablando de aplicar la democracia.

En Navatrasierra, un pueblecito de poco más de 200 habitantes situado en la comarca cacereña de la Jara, no podrán votar el próximo 20N en su pueblo, sino que tendrán que desplazarse 20Km hasta Villar del Pedroso, y a estas alturas creo que nos podemos imaginar que esos 20km no son de autovía precisamente.

¿La razón?, tiene menos de 200 votantes censados, y entonces no es «rentable» tener mesas electorales en las entidades locales menores donde hay menos de 200 votantes.

Parece ser que el ROI de la democracia en el ámbito rural sale en negativo, así dificilmente conseguiremos que nuestros pueblos sigan vivos.